El domingo 10 de octubre tuvo lugar la 8ª edición de la Ruta por el Bages, una salida abierta a cualquier vehículo clásico, sin restricción por marca, que permite un agradable encuentro de socios y socias que, quizás por sus colecciones particulares, no tienen muchas más actividades en las que coincidir.
Por eso está plenamente consolidada en el calendario de actividad del Clàssic. Claro que también gran parte de su buena acogida es el trabajo de los responsables para proponer siempre recorridos, visitas y espacios de avituallamiento a la altura de las expectativas.
La situación sanitaria obliga a tener unas limitaciones durante las salidas, también en los espacios que se visitan y en los restaurantes. Por eso, y porque no todo el mundo se siente cómodo en según qué actividades sociales, este año la Ruta por el Bages contó con 16 vehículos -y sus respectivos conductores, por supuesto-. Se dieron cita frente a la sede del Club y allí se pudo contemplar una muy buena colección de vehículos. Eran muy llamativos. Todos ellos en perfecto orden de revisión, muy bien cuidados y conservados. Por mencionar algunos, había varios SEAT (124, 1430, 132), modelos Mercedes, Jaguar, VW Golf, Porsche y un Corvette C1.
El destino inicial de la ruta prevista era la Colonia Vidal, saliendo por la C-55 dirección Solsona, Serrateix y hasta Puig-reig. Allí se disfrutó de una magnífica visita teatralizada que gustó muchísimo a los asistentes. La Colonia Vidal de Puig-reig es hoy un museo para revivir el pasado de la comarca en la propia piel, que explica cómo eran la vida y el trabajo en una colonia textil a principios del siglo XX. El extenso paseo por la colonia Vidal sirvió para mostrar, a través de espacios como la escuela, la fábrica o las viviendas, la realidad de un momento histórico de capital importancia por la historia contemporánea de nuestro país y su industrialización.
Después de esta experiencia en el tiempo, la comitiva tomó rumbo a Navàs, Gaià, Prats de Lluçanès, Perafita, Sant Boi de Lluçanès y hasta Sobremunt, para terminar la jornada comiendo en el Restaurante La Roca. Estupendamente, todo sea dicho.