La Carta de Turín, editada por la FEVA y aprobada por la FIVA, da las directrices relativas a las decisiones y las intervenciones que hay que tomar para salvaguardar los vehículos históricos.
La Carta de reúne los principios directivos en materia de utilización, mantenimiento, conservación, restauración y reparación de los vehículos históricos. Esta Carta se basa en la Carta de Venecia de la Unesco (1964), en la Carta de Barcelona (2003, barcos históricos) y en la Carta de Riga (2005, vehículos ferroviarios históricos) y se inspira en eso.
El objetivo de la presente Carta es preservar y salvaguardar la historia de los vehículos históricos, particularmente sus características mecánicas, su forma, sus funciones y su historia documentada, lo mismo que sus relaciones múltiples y variadas con la sociedad y su entorno.