Amanece en la comarca del Bages y el sol nos muestra poco a poco la hélice que corona el concesionario oficial Ibericar Cadí. Bajo tan ilustre insignia, el equipo de la Sección BMW del Clàssic trabaja para que todo esté a punto a la llegada de los participantes de la concentración.
De norte a sur y de sur a norte, poco a poco comienzan a llegar retales de la historia de la marca bávara hasta el punto de encuentro, donde convergen los sueños de los amantes de estas joyas propulsadas.
El recinto se llena de riñones cromados... relucientes para la ocasión, que esconden tras de si mecánicas de lo más diverso, desde 1.600 hasta 5.000 centímetros cúbicos, todos ellos con ese ADN dinámico que sólo BMW sabe imprimir a sus vehículos.
En el interior del concesionario los asistentes pueden contemplar una amplia muestra de la gama 2015 y a la entrada del concesionario, en una zona circular acristalada, cuatro vehículos expuestos: un E21, un E30 de competición, el 2002 tii de Marcel Caso y un espectacular Z1. Para los pequeños... y no tan pequeños, una pista de slot saca el piloto que todos llevamos dentro.
Para esta edición, la cuarta, los tramos de regularidad dan paso a un encuentro con ruta para disfrutar de la conducción a expensas del road book y el crono.
En grupos de diez vehículos da comienzo la ruta, que transcurre por las carreteras de la comarca del Bages. La mañana es espléndida y da gusto ver a los participantes negociar las curvas a bordo de sus coches, unos totalmente de serie y otros imitando a sus homólogos de competición, pero todos en un estado de conservación impecable.
Delante de cada grupo, miembros de la organización hacen de sherpa a bordo de vehículos cedidos por el concesionario Ibericar Cadí que, un año más, pone todo lo que está en su mano para colaborar en este ya consolidado evento.
La caravana llega hasta el Kárting La Sala, en la localidad de Sallent, donde los coches quedan aparcados en batería sobre el césped, formando una estampa impresionante ante la mirada atónita de todos los allí presentes que, casco en mano, se acercan a admirar tan extraordinaria aparición frente a su pista de entrenamiento.
Comienzan las tandas en la pista de karts más larga de España, los participantes, ahora sí, exprimen de lo lindo sus mecánicas, sobrevirajes, trompos, salidas de pista, adelantamientos imposibles y risas, muchas risas, al final de cada tanda; no faltaron los corrillos donde se comentaba la jugada acompañado, por supuesto, de más risas.
Después de saciar las ganas de velocidad en el circuito, los participantes nos dirigimos al restaurante Match Point, junto al Parc de L’Agulla, para saciar nuestro apetito.
Excelente comida y ambiente en el restaurante, donde los comensales tuvieron tiempo de charlar del mundo del motor y de los clásicos BMW. Después procedimos a la entrega de premios, donde quedó claro que Roger Bosch es un digno sucesor de su padre, llevándose la victoria absoluta de manera contundente en el circuito de La Sala.
En cuanto a los espónsors, Don Silencioso regaló gorras y camisetas a los participantes y el Hotel&Spa Rigat*****, de Lloret de Mar, nos obsequió con una noche de hotel para dos personas. Y esto fue todo lo que dio de si esta excelente jornada.
Un singular agradecimiento a Marcel Caso y a todo el staff de la Sección BMW del Clàssic por seguir haciendo tan bien su labor.